lunes, 20 de mayo de 2013

HOLLYWOOD, LA FÁBRICA DE SUEÑOS

El 6 de octubre de 1927 se estrenó El cantor de jazz, de Alan Crossland, producida por la Warner Bros, la primera película sonora de la historia. El público quedó sorprendido por las palabras que el actor Al Jolson, con la cara embadurnada de betún, le dirigía desde la pantalla. Es el comienzo de una revolución tanto industrial como creativa en el cine.
Para muchos de los actores y directores de cine mudo esta innovación supuso un gran cataclismo. Genios como Chaplin o Eisenstein tardarán años en acostumbrarse a los nuevos métodos que conlleva el rodaje y la producción de una película sonora.
A partir de entonces las diferentes productoras tuvieron que replantear sus proyectos para el inmediato futuro. Son las estadounidenses (Paramount, Warner Bros, RKO, 20th Century Fox, Universal, Columbia, United Artists y Metro-Goldwin-Mayer), coincidiendo con la crisis económica de 1929, las que  van a imponer un férreo control sobre la industria.
Desde esa fecha el publico se aficionó rápidamente al nuevo sistema que permitía prescindir de letreros explicativos y escuchar a los actores con su propia voz. Se establecieron desde ese momento los géneros cinematográficos entre los que sobresalieron la comedia, el musical, el cine negro y el cine de terror. La comedia -que sin la palabra se veía muy limitada- y el musical fueron, sin duda, los géneros más beneficiados. Son ejemplos de ello la película de terror Drácula de Tod Browning; el thriller M., el vampiro de Düsseldorf de Fritz Lang; Sopa de ganso de Leo Mac Carey, con los explosivos hermanos Marx, un ejemplo de la nueva comedia; Scarface de Howard Hawks, la primera gran película de cine negro...
Las comedias de Ernest Lubitsch, Frank Capra, George Cukor o Leo Mac Carey, y los musicales de del mismo Lubitsch, Busby Berkeley o Vicente Minnelli son los hijos directos del cine sonoro.
En pocos años se suceden distintas innovaciones en el cine: en 1935 llegó el color (Rouben Mamoulian rodó Becky Sharp -La feria de las vanidades-), se alargó la superficie de la pantalla con el cinemascope, ... Por esas fechas, Hollywood alienta el nacimiento de sus nuevas grandes estrellas: Greta Garbo, Marlene Dietrich, Jean Harlow, Claudette Colbert, Gary Cooper, Clark Gable, Errol Flyn, Charles Chaplin, los hermanos Marx,... Hollywood se convierte en "la fábrica de sueños que abastecerá de ilusiones a cientos de millones de ciudadanos del mundo, haciéndoles olvidar, durante unas mágicas horas, sus problemas diarios y las grandes tragedias contemporáneas: de los feroces totalitarismos de los años treinta a la Segunda Guerra Mundial con sus horribles consecuencias" (Carlos Gortari y Carlos Barbáchano).

Por último, citaremos algunos otros títulos que se rodaron entonces para destacar la importancia de aquellos años treinta y cuarenta del siglo pasado en la historia del cine: La viuda alegre y Ser o no ser de Ernest Lubitsch, Ana Karenina de Clarence Brown, Cleopatra de Cecil B. De Mille, La fiera de mi niña y El sueño eterno de Howard Hawks, Lo que el viento se llevó y El mago de Oz de Victor Fleming, La diligencia y Pasión de los fuertes de John Ford, El gran dictador de Charles Chaplin, Ciudadano Kane de Orson Wells, El halcón maltés de John Huston, Casablanca de Michael Curtiz, Laura de Otto Preminger, Gilda de Charles Vidor, Duelo al sol de King Vidor, La costilla de Adán de George Cukor,...,  y tantas y tantas otras.

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